Es importante revisar los trastornos del lenguaje del niño, haciendo un contraste de la evaluación del niño y el desarrollo normal típico. Debemos definir un diagnóstico diferencial. Teniendo esta evaluación podemos trabajar diferentes áreas tales como: trastornos en la articulación del lenguaje, problemas de fluidez, trastornos orales, motores, la voz, así también en el lenguaje expresivo y receptivo (comprensivo).
Luego de la evaluación se determina un programa individualizado, este contempla una serie de ejercicios y dinámicas condicionadas a lo que requiera el niño.
Durante el desarrollo del tratamiento debemos contemplar:
- Cuan afectado está el desarrollo social e intelectual del niño
- Trabajar posible aislamiento o regresión del niño
- Se trabaja el lenguaje comprensivo y expresivo mediantes diferentes técnicas lúdicas.
- Definir programas de reforzamiento positivo que fomenten el rendimiento académico.
- Evaluar y trabajar el desarrollo de problemas de aprendizaje y social.
- Utilizamos material didáctico y variado en la sesión de enseñanza.
- Promovemos metas cortas en el trabajo con el niño con el fin de ir mejorando su tolerancia a la frustración. Posteriormente estas se van ampliando.
- Se establecen ejercicios para la familia, que complementen el trabajo que realiza la terapeuta.
- Utilizamos reforzamiento positivo diferencial, para incentivar al niño en el traspaso de un desempeño de nivel medio a mayor.
- Las técnicas para abordar el lenguaje son variadas, podemos usar técnicas de repetición de palabras o ejercicios gramaticales.
- Utilizamos las situaciones cotidianas para promover la comunicación natural.
- A través de terapias grupales, estimulamos el lenguaje social naturalizado. Los grupos se determinan según en el nivel en el que este el niño.
- Utilizamos el uso de aplicaciones didácticas para mejorar la discriminación auditiva.
Es importante trabajar en conjunto con la familia para lograr un buen monitoreo en las tareas del niño.